[Hay dos categorías de expectativas; cuento de hadas, y una lección más para aprender]

Es demasiado incierta la vida de colores que nos pintan desde que somos niños, y aunque sabemos que es así tenemos que tener en cuenta que no lo hacen por mala gente o por idiotas, sino que para no adelantarnos a la realidad a tan temprana edad. Lo hacen para irnos demostrando de a pequeños pasos cómo es la vida y para mostrarnos lo que la rodea. Los cuentos de hadas son típicos, apenas mostrando una diminuta drama que siempre se resuelve con amor, bondad y felicidad, aunque si les sacamos la quinta pata al gato, podríamos llegar a decir que cada uno de ellos tiene lo suyo; su moraleja. Va pasando el tiempo y aprendemos que no todo es así como nos muestran, y lo mejor de esta etapa es que es impuesta generalmente por nosotros mismos, pues inconscientemente lo vamos entendiendo. Entendemos que para conseguir lo que queremos hay que luchar, que no todo se recibe así por así. Caemos una, dos... tres o cuatro veces, pero nos levantamos y obtenemos otra lección de la cual sacamos provecho y aprendemos. Es contradictorio decir que la vida de rosas puede beneficiarte pues hace que no te adelantes a los hechos y que disfrutes del momento, en este caso la infancia sin preocupaciones, pero también es cierto que tiene su lado malo ya que depende de la profundidad y de la realidad que le des al asunto. Lo importante es no pasarse de estas dos rayas, pues hay que tener balance por más difícil que sea conseguirlo. Los cuentos de hadas no son reales, ni siquiera un poquito, pero podemos sacarles provecho si se les quiere. Por otra parte no hay que meterse tanto en ellos y ver hacia fuera, en donde nos espera todo un mundo lleno de imperfecciones, cualidades, naturaleza y millones de cosas por enfrentar, por lo que tenemos que tener cuidado y ver hacia ambos mundos de vez en cuando. Ten la vista fija en la realidad, espera y afronta cada cosa, pero cuando sientas que es mucha presión (solo cuando es mucha), échale un ojo al otro mundo, al pintado de rosas, y logra mantener la calma allí al menos un rato... de vez en cuando es necesario.

"Se trata de ir aprendiendo, no de ir adelantándose... "